¿Quién es Monky?
Monky es un pequeño peluche marrón, de ojos grandes y mirada curiosa.
Sí. Monky un peluche viajero.
Nació, o más bien despertó, un día cualquiera en una estantería olvidada. Pero no tardó en darse cuenta de que su lugar no era ese. Algo dentro de él —una mezcla de inquietud, ternura y sed de mundo— le susurró que debía salir. Así que lo hizo.
Se marchó de su selva, esa donde había de todo… excepto alguien que se le pareciera. Y aunque al principio pensó que estaba huyendo, pronto entendió que en realidad estaba buscando. ¿Buscando qué? No lo sabe con certeza. Tal vez historias. Tal vez respuestas. Tal vez compañía. O simplemente belleza, en sus formas más inesperadas.
Aunque… para sincero, miró muy bien antes de marcharse y vio otras criaturas, distintas, hermosas a su manera.
Desde entonces, Monky viaja ligero de equipaje pero cargado de preguntas. Observa, escucha, se sorprende. A veces tropieza, a veces se detiene demasiado. Pero siempre sigue adelante.
Lo mueve la curiosidad. Lo guía la intuición. Lo acompaña una libreta donde escribe lo que ve, lo que piensa, lo que siente. No para explicarlo todo, sino para comprender un poquito más.
En sus viajes, Monky ha cruzado palabras con dinosaurios filósofos, dragones traviesos, gaviotas nostálgicas y libreros de corazón grande. Ha contemplado ciudades dormidas, mares que no responden y trenes sin destino fijo. Y aunque no siempre sabe a dónde va, tiene claro lo más importante: que cada paso cuenta.
Este blog es su diario.
Un cuaderno sin fecha fija ni mapa definido.
Aquí caben reflexiones suaves, preguntas raras, paisajes que hablan y silencios que abrazan.
Puede que tú también encuentres algo aquí.
Una palabra. Una imagen. Un suspiro.
Y si alguna vez te preguntas:
«¿Qué puede enseñarme un peluche viajero?»
Monky, desde algún banco del mundo, te sonreirá y responderá:
«Ven. Yo también me lo pregunto.»
